Creí extender mis alas, para poder alzar de nuevo el vuelo hacia lo mas alto del firmamento, puedo ver todo desde esta inmensa altura, sus colores, sus formas, sus magias, puedo ver todo y que hermoso parece... cada atardecer, desciendo por las montañas, mis alas están cansadas, pero en ellas hay un brillo especial, en ellas habita la alegría de vivir, de sentir, de querer , de amar, todo aquello que me rodea...
Desde hoy... guardo todo lo que me ató al pasado, desde hoy... guardo lo que eran mis sentimientos hacia la vida, desde hoy.... encierro todo en un baúl, poniendo en él un candado de oro viejo, desde hoy tiro la llave a lo más profundo del océano.
He perdido en esta vida, por todo lo que he luchado, por todo en lo que he soñado, con las pocas fuerzas que habitan en mi, paso página de este cruel libro. Me dejaré llevar por las horas, por los días, dejando así mi mirada vacía, hace tiempo creí estar muerta en vida, pero desde hoy doy fe de ello... ya he dejado de existir.
Me despido de todo aquel que me ha querido de alguna forma... me despido de todo aquello que con su magia ha dejado huella en mí, desde hoy no volveré a ser la misma...
Hoy ha muerto Cristina... pasaré a ser la sombra de lo que fui, nadie me obligó a tomar esta decisión... soy yo... la que ahora escribe, quien por su sano juicio... guarda todo lo que le ha atado a esta miserable vida.
Cerraré los ojos del alma para evitar ver el interior de las personas, cuales algunas sin quererlo me lastimaron por dentro... dejando un corazón desgarrándose de dolor.
Dejo mi mente libre por unos instantes y siento cómo viajo al pasado, me encuentro en tu santuario, aquel donde te obligaron a quedarte. Sentada en la cama, me doy cuenta que mis pies nos pequeños y ni siquiera rozan el suelo, mientras tú, estas tumbado en esta minúscula cama, me encuentro tranquila, feliz ( son sensaciones que hoy en día no encuentro...tal vez... porque no quiero ).
Soy consciente de que nunca te dejé marchar, no he dejado que sigas tu camino, aquel que tanto anhelas mas no pertenece a la tierra; pero hoy aquí sentada, en estas líneas busco la forma de que esa niña vuelva al presente, cierro los ojos y te veo, dejo en tu rostro una dulce caricia, sonrío, mientras percibo que poco a poco desapareces. Adiós Coyote, siempre estarás en mí.
En silencio me quedo mirando al cielo, sé que has venido, pero éste no es tu lugar, sonrío de nuevo, siento en mí por un instante la calma que antaño podía sentir a tu lado. Ya nos veremos en cualquier plano pero mientras tanto seguiré aquí, luchando por vivir.
Te felicito, sabes hacer sufrir... no he encontrado persona más cruel, queriendo o sin querer, has cogido entre tus manos mi pequeño corazón, y cada luna que pasa, lo exprimes con fuerza... haciendo que las pequeñas nubes que habitan en él, arranquen en una tremenda tormenta... destruyendo cada pequeño cobijo habitable para cubrirme de la lluvia...
Escucho el caer del agua... tiene tanta fuerza; me empapo de la misma... cae fría por mi piel... mis manos tocan mi rostro, está mojado... dejo caer mi cuerpo, golpea contra el suelo, miro al cielo, y no encuentro la claridad, busco por mi alrededor, pero no encuentro nada, tan solo calles vacías, no estás.
¿Dónde te escondiste? ¿Por qué me engañaste? ¿Por qué dibujaste en mi retina hermosos paisajes, aguas cristalinas? Si ahora miro y no encuentro nada, sólo oscuridad. Cuando por ti, he dado todo lo que hay en mí, he abierto por fin ese baúl, donde guardaba el más profundo latir, de un amor puro, dejando en tus manos.
Mi amor, te amo como nunca he amado a nadie, nadie ha podido sentir los besos que te doy, son pura melodía en mi interior... pero veo que poco a poco, ésta se va apagando...
Has amado locamente a una persona, de la cual no has recibido nada, ni una pequeña caricia de su mano... y ahora que tienes todo lo contrario, lo echas a patadas de tu lado, sí mi amor, te amo... pero no sé si podré seguir callando el llanto de mi interior.
