No se por qué, siempre caigo en el mismo error, en perdonar lo que haces por el simple echo de ser mi madre, pero siempre tu, tu ser, es el que hace desesperarme, pues nunca has llegado a comprender la vida, siempre te he dicho que su funcionamiento es muy complejo, hay que luchar por lo que uno quiere, pero sin manejar a los demás como marionetas, sin querer ser el mandamás de todo el mundo e incluso de aquellas personas que no conoces.
Siempre me digo que no volveré a llamarte, a saber de ti, pero… a quien miento, si cuando te ocurre algo… siempre estoy la primera.
Pero ahora he de mirar por mí, por mi familia, por mi hijo, por aquellos que me hacen sentirme bien.
Has desaparecido de mi vida, o eso es lo que quiero que pase.
