sábado, diciembre 30, 2006

ESPÉRAME


Espérame...

Siéntate en la escalera que nace desde tu morada, siéntate sin reloj que marque el tiempo que transcurre hasta mi llegada, espérame, paciente, alegre, radiante, que nazca en tu mirada la ilusión de verme llegar por tu calle, con pasos firmes, cubierta por el frió de la noche.

Espérame...

Como cada noche, cuando la luna este en lo mas alto... te volveré abrazar, a cubrir de besos, de palabras, de amor, cada una mas muerta, tal vez algún día llegues a preguntarte:

El por qué mis brazos ya no son tan cálidos. Aquellos que sin pensar se deslizaban por el lienzo de tu cuerpo, dando color a cada rincón.

El por qué mis labios ya no son tan apasionados. Aquellos que sofocaban el calor de tu cuerpo, como volcán en pleno descontrol.

El por qué mis ojos ya no te ven. Aquellos que aprendieron a sonreír mas verte, dando luz a tus días grises.

Espérame.... o tal vez..... sea ya demasiado tarde?

Poco a poco se ha muerto todo, ya no quedan rosas salvajes en el campo, ya no queda el calor del sol en los días de otoño, ya no queda el poco viento que sopla para refrescar el momento, ya no quedan las pequeñas hojas que caen de los árboles dejándolos desnudos ante la mirada de un enamorado.

Poco a poco el viento me ha llevado con él, deshaciendo cada ropa que cubre, cada órgano que forma mi cuerpo, cada suspiro lanzado llamando a la esperanza, cada latido de amor desbocado por verte, por besarte, en pequeñas y valiosas palabras, por amarte, cada caricia perdida por tu cuerpo, como callejones oscuros sin salida, sin dirección, cada beso perdido en tus labios, cada palabra callada en mi interior por no querer lastimarte, cada silencio en el que dejado mi cuerpo a lado del tuyo muerto, sin movimiento, cada ilusión, cada mirada, cada susurro.

Espérame... pues sé que podré controlar mi cuerpo, mente, pero no a mi alma, cada noche llegare, para observarte, y con cada triste sonrisas seré yo la que me llegue a preguntar:

Por qué las cosas no funcionaron, si lo intente con todas mi fuerzas.

Por qué renuncie a todo, sin tener nada seguro.

Por qué perdí la esperanza.

Por qué deje de Amarte.

viernes, diciembre 01, 2006

ME PERTENECES.

Esta noche no seré yo, quien caiga rendida a tus pies, esta noche no seré yo, la sumisa.

Quisiera encadenarte de pie, en un lugar secreto, con cadenas de hierro, unir todas ellas y ponerle un candado embrujado.

Quisiera apartarte de este mundo, guardarte en mis secretos, rasgar poco a poco tu atuendo, dejar tu cuerpo libre, para sentir el frío de la noche.

Ahora eres mío, me perteneces...

Quiero que en ti llegue la locura, el deseo, la pasión, no sin antes prohibirte mirarme, para así agudizaras todos los demás sentidos.

Te observo ... sonrío.

Te huelo ... muerdo mi labio.

Te rozo ... siento escalofrío.

Quiero que juegues con tu mente, adivinar lo que tienes prohibido... ver, tocar, oír...

Mientras tanto...

Te preparare un ambiente agradable, eres mi invitado, no lo olvides.

Velas, incienso, música... espero que no te falte nada.

Me acerco a ti, siento el calor que desprende tu cuerpo... mmmmm, sí.

Dejo caer una cálida caricia en alguna parte de tu cuerpo, ¿la sientes?... sí, noto como tu cuerpo se eriza por el contacto.

Renuncia a la razón, si no, lo pasarás mal, quiero que lo pases mal, ver en tu rostro cada sensación, cada estado.

Araño tu piel, dejando las marcas de mis uñas, por cada rincón por donde pasa, un camino rojizo se queda a su movimiento, en algunos puntos, se puede ver las pequeñas gotas de sangre, me divierto. Beso, lamo cada parte de tu cuerpo ... sé que puedes sentir el contraste de clima.

Presiento en tu interior, como la locura del deseo pide desbocarse, adueñarse de ti, luchas en vano por mantener la razón en su sano juicio, cada instante que pase, será peor, pues yo seré perversa.

Gotas de sudor recorre tu frente... ¿ te encuentras mal ? ... sabes... esto tan solo es un juego, donde quiero ver, hasta donde eres capaz de controlarte, pero ... te queda poco.

Hoy, esta noche... seré tu dueña, serás mio, te haré mio