miércoles, agosto 16, 2006

DULCE Y AMARGO


De nuevo estoy en mi santuario, tal vez sean las cinco y diez, esta noche prometía ser perfecta, pues por una vez sentía sus mano recorriendo mi suave piel, yo con los ojos cerrados, me deshacía en cada momento, él me estaba amando, con un dulce movimiento... encima suya me coloqué, pero él no podía ver mi felina mirada de enamorada, entre besos gritaba en silencio; sus manos seguían corriendo por mi espalda, mis senos, su miembro erecto, perfecto, colocado, suave movimiento, por cada instante que pasaba deseaba más sentirle dentro, quería fundirme con su piel.... le siento.... sí esta en mí, estallido de placer rompe la tranquilidad.

¡OH, mi Señor! tan solo pude susurrar, parecía que bailáramos juntos una canción de amor, - ¡Xio, yo no puedo aguantar más! - oí su voz, cálida, dulce, - ¡termino contigo amor mío! El baile cada vez mas rápido hasta que dejó de sonar la melodía; feliz, tranquila, enamorada me quedé tendida en la cama, en un instante llegó él, sin pensarlo me aferré a su pecho, sin saber que desde ese mismo momento el dulzor llegó a su fin, llegando tras sus pasos el amargor que ahora siento, necesitaba realizar unas preguntas [ya las había echo anteriormente a mi corazón] después de un silencio contestó con cierto miedo en su voz : - yo te quiero mucho, pero no sé si te amo. Dios, mil cuchillos afilados se clavaron en mí, mas seguía escuchándole – No sé si sigo enamorado de ti – un estallido se produjo en mi alma, no quería oír eso aunque lo sabía, trataba aparentar tranquilidad, pero mis ojos lloraban: - ¿ estás conmigo porque me amas o por comodidad? ¡Una de las dos tiene que dominar! – volví a meterme en la boca del lobo, sabía la respuesta, pero quería gritar a la razón (ves por una vez te has confundido) pero no pude, aun no lo puedo creer, me niego, aunque no me ames, siempre seré tu gata fiel, si me lo permites, pero Mi Señor, si me echas, moriré.

Me vestí , no podía quedarme mas tiempo, necesitaba llorar, por eso estoy aquí, buscando la tranquilidad, pero quería que me retuviera, que me agarrara del collar, oír de sus labios un te amo, pero me dejo marchar, mas ahora volveré a mi lugar, junto a él, ronroneare mientras me hago un ovillo a su lado, pero recuerda que te amo.

No hay comentarios: